Un poco de amor… no nos viene mal. Enamorate. Después me contás. Pensaba en el amor, que equívoco el concepto colectivo, lo que nos venden, lo que compramos. Lo que creemos… o lo que necesitamos creer.
Conocer el amor es un milagro que pocos saben y muchos confunden. No es la belleza física, no es tenerlo todo. No son buenos momentos ni quietud. Conocí el amor sin maquillaje… sin adornos. Lo vi tiritar de frio, de miedo. Me saqué la ropa y los complejos, sin miedo a que no me quiera, con derecho a todo. A ser mujer. A tener caminitos en mi piel caminada. Parida. Al tener restos de angustia en mi abdomen, y una niña en mi mirada. Pero él me ama, aun cuando yo no supe hacerlo, cuando la cuerda tiraba y ahorcaba. Él me amó … cuando las balas bailaban al compás del caos y las heridas eran más grandes que lo que se prometía. Me amó en mis peores días, cuando no era ni yo, ni él, ni el sol… cuando no había nada. Mis bolsillos vacíos mi coraje prostituido. El me amó. Me amó fuerte. Me amó valiente. Abrió cada candado, inventando llaves de acero inoxidable. Armando un libro, de mi historia, para cuando me pierdo y no conozco mis zonas. El me amó, cuando nadie estaba mirando, cuando el silencio me dejaba a un lado. Hoy me ama y lo hará eternamente, aunque las canas lluevan mi pelo, mi piel sea pañuelo y mis huesos de terciopelo. Me amara sin condiciones, como aman los… no. Como él solo ama. Y yo, con mis 6354 defectos, lo amo, de primavera a primavera.