Nada podrá arrasarles la guarida
sería vana la idea de tan poca.
Habiendo tanta arena de otras rocas,
no habrá temblor feroz ni tal crecida
que pueda arrancar raíz alguna.
Con tanto anclaje furtivo y clandestino,
tal rebelión de mansos torbellinos.
tan necesaria, fugaz y tan fecunda.
Cueva de osos para que unos cosos
se alejen del mundo
Y curtan la siembra como macho y hembra
encuentren el rumbo.
Un territorio tomado sin aviso.
Una parcela sin puertas ni ventanas
Y el cielo-techo, azul y convocante
para esos cuerpos unidos en mandala.
La arena- lecho y todos los permisos
para no pensar del modo más errante
y aquel sudor, amor de mil variantes
que todo tuvo menos compromiso.
Como si en la tierra viniera la guerra
Cavaron las trincheras
Que se caiga el mundo, esperaron juntos
Como enredaderas.
Deja tu Comentario